Dimensiones de Género de la Migración Internacional

Yerevan, Armenia, 17 de marzo de 2007

Declaración

La migración es un fenómeno mundial cada vez más difundido. Aunque impacta positivamente en el crecimiento económico de las naciones en vías de desarrollo, sus efectos pueden tener amplias y devastadoras consecuencias para el tejido social de una nación. La gente migra en busca de empleo, para escapar la opresión política o desastres naturales, o debido a la violación de sus derechos humanos y civiles, entre otras razones.

Por un lado, la migración es un agente del desarrollo que contribuye de forma indirecta a la paz y seguridad mundiales, ya que proporciona oportunidades a los países receptores de remesas que tienen consecuencias en las ganancias de los pobres e influyen en los resultados de salud, canalizan nuevos conocimientos y aumentan la diversificación de capacidades de los emigrantes.

Por el otro lado, la migración plantea retos ya que tiene un impacto negativo para la capacidad humana, por ejemplo en la prestación eficiente de servicios, haciendo que los países receptores dependan de un crecimiento inestable y no institucionalizado que puede ser de corta duración, a la vez que produce conductas distorsionadoras. Por ultimo, el reto más grande para todos sigue siendo la migración mal controlada que acaba perjudicando gravemente la vida de millones de personas que sueñan con una mejor calidad de vida.

Hay pruebas crecientes de que más de la mitad de la población migratoria está compuesta de mujeres. Sin embargo, las necesidades concretas de las mujeres no se toman en cuenta en los debates públicos y en la formulación de políticas migratorias. Las emigrantes tienen que hacer frente a una doble discriminación, como mujer y como inmigrante. Aquellas mujeres que encuentran trabajos de baja cualificación o desempeñan trabajos ilegales en los países de destino, sobre todo en sectores no regulados como el servicio doméstico, corren un mayor riesgo de sufrir actos de violencia, malas condiciones laborales, explotación sexual y mala salud reproductora.

Cuando el hombre emigra, la mujer se queda atrás con la doble carga de ser la proveedora principal de atención en la familia y el trabajo. Por tanto, aumenta el número de hogares en los que la cabeza de la familia es una mujer y que por tanto se han convertido en un segmento social vulnerable. Cuando la mujer emigra, tiene que asumir la carga que supone el dejar atrás a los hijos, a sus familias y a sus comunidades. En consecuencia, la reintegración se convierte en un problema más agudo, sobre todo teniendo en cuenta la cultura, costumbres y tradiciones de los países de la región. Es imperativo subrayar, sin embargo, que el fenómeno de la migración no solamente se siente en esta región, sino en todo el mundo.

Entre sus responsabilidades, la comunidad global debe empezar a plantearse la cuestión de por qué emigran las mujeres en primer lugar. Las causas evidentes son la falta de oportunidades y la discriminación en los países de origen.

Lo que aportan de verdad las mujeres emigrantes a sus países de origen en lo que se refiere a remesas financieras se ha pasado, mayormente, por alto. Ellas contribuyen a mejorar la calidad de vida subiendo el nivel de la misma, abriendo el acceso a sus familias a la sanidad y a la educación.

Según han demostrado los estudios realizados, cuando la mujer puede ejercer control sobre sus remesas, ella dedica más dinero a sus hijos. En comparación con el hombre, remite un mayor porcentaje de sus ingresos a su familia. Sin embargo, debido a la discriminación y a la falta de acceso a servicios bancarios y de crédito, su capacidad para hacer decisiones de carácter financiero es muy reducida.

La migración divide a la familia, la mujer corre más riesgos y las políticas restrictivas de los países de destino obligan a los inmigrantes a optar por alternativas que los sitúa fuera de la ley. La inmigración ilegal, por tanto, se ha convertido en un reto inmenso para muchos países. Es menester adoptar medidas concretas para luchar contra este fenómeno. Es esencial que los países de origen lleven a cabo una campaña para difundir ampliamente las reglas de entrada, residencia y empleo en los países de destino. Por otra parte, los países de origen pueden ofrecer alternativas a la emigración haciendo frente a la discriminación de género y ofreciendo oportunidades a la mujer.

Los países de destino tienen un papel que jugar, contribuyendo a que la mujer tenga igualdad de oportunidades para la inmigración legal y eliminando normas discriminatorias. Estas medidas pueden reducir la explotación, la inmigración ilegal, el contrabando y el tráfico de mujeres y niños.

En consecuencia la Internacional Socialista de Mujeres:

  • reconoce la invalorable contribución de las inmigrantes tanto al país de destino como al de origen;
  • observa que las inmigrantes corren riesgo de ser víctimas del tráfico y de abusos humanos;
  • subraya que debido al carácter restrictivo de las políticas de inmigración y a la falta de igualdad de oportunidades para emigrar de una forma segura y dentro de la legalidad, la mujer es víctima de reclutadores para trabajos ilegales, lo que conduce a la explotación y al tráfico de mujeres;
  • hace un llamamiento a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a formular e implantar políticas que tengan en consideración las necesidades concretas de la mujer;
  • apela a la OIM a que ayude a los países anfitriones a instituir normas para regular los flujos migratorios y a contribuir en la creación de oportunidades para la inmigración laboral dentro de la legalidad que sea una alternativa efectiva a la inmigración ilegal;
  • insta a la Organización Mundial del Comercio (OMC) a que tome medidas para que en todos los convenios comerciales la ayuda al desarrollo enfoque las cuestiones de género en las migraciones internacionales;
  • hace un llamamiento a Naciones Unidas a que urja a sus estados miembros a ejercer un mayor control de la migración internacional, aumentando los beneficios y disminuyendo los riesgos, por medio de acuerdos bilaterales;
  • da la bienvenida a la iniciativa del primer Forum Global sobre Migración y Desarrollo (9 – 11 de Julio de 2007, en Bélgica) y recomienda encarecidamente que las cuestiones de género sean incluidas en el marco de trabajo;
  • apela a la Comisión Mundial sobre Migraciones Internacionales (GCIM) a asegurar que las cuestiones de género de la migración son incorporadas en toda política de desarrollo;
  • hace un llamamiento a los gobiernos, especialmente a aquellos de países de destino, a que ratifiquen la Convención Internacional de la ONU sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares.

Finalmente, la Internacional Socialista de Mujeres hace un llamamiento a los partidos miembros de la Internacional Socialista a abogar por iniciativas parlamentarias y gubernamentales que resulten en la implementación de leyes y planes de acción nacionales dirigidos a facilitar la integración de los inmigrantes con especial atención en el género.