Mujeres resolviendo conflictos mediante el diálogo y la negociación

Estambul, Turquía, 24 de junio de 2012

Declaración

En los últimos dieciocho meses, el Oriente Medio se ha visto afectado por conflicto y un nuevo panorama está surgiendo debido a la primavera árabe. Nuevas democracias se están desarrollando en Túnez, Egipto, Libia y Yemen con otros países de la región comenzando a poner en práctica reformas políticas. Es demasiado pronto para juzgar si estos cambios y reformas beneficiarán a las mujeres, pero de lo que estamos viendo hasta ahora, las mujeres una vez más están siendo excluidas de la participación en las negociaciones y en la formación de estas nuevas democracias.

También hay muchos otros conflictos persistentes, como en Chipre, el Sahara Occidental, así como el conflicto israelí-palestino. Una vez más las mujeres son en su mayoría excluidas de tomar parte en las negociaciones del proceso de paz.

En el 2000 la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sobre Mujeres, Paz y Seguridad, configura por primera vez el marco político y legal para que Naciones Unidas y los estados miembros aumenten la participación de las mujeres en las negociaciones y operaciones por la paz. También urge a proteger a mujeres y niñas contra la violencia sexual y de género durante un conflicto, y exige que los estados miembros atiendan a las necesidades particulares de mujeres y niñas en campos de refugiados, en las operaciones de repatriación y de reconstrucción posconflicto.

Sin embargo, 12 años después de que se adoptó la resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad, pocos son los avances registrados. La resolución de las Naciones Unidas no se ha implementado de una forma adecuada. Si bien algunos estados miembros han adoptado ciertas medidas, raras veces la mujer participa en el proceso y negociaciones por la paz.

Las mujeres en Turquía han registrado grandes avances políticos a pesar de los retos con que se enfrentan. Tras las elecciones generales en Turquía de 2011, por ejemplo, el número de diputadas de todos los partidos subió de 46 a 78. 19 pertenecen al Partido Republicano del Pueblo (CHP), 11 al Partido Paz y Democracia (BDP). Ambos partidos son miembros de la Internacional Socialista y ambos tratan de promover la participación de la mujer en la política, pero la realidad es que las mujeres de estos partidos todavía tienen que luchar para poder tomar parte en la toma de decisiones estratégicas. Hay un área de la política de la que las mujeres, y en particular las mujeres kurdas, están decididamente excluidas, y este es el de la mesa de negociación.

La Internacional Socialista de Mujeres, ISM, apoya a las mujeres kurdas en su lucha de abrir un proceso de negociación y diálogo para una solución pacífica y democrática de la cuestión kurda.

A lo largo de la historia y hasta el día de hoy, los kurdos, uno de los pueblos antiguos de Oriente Medio, han sufrido la discriminación cultural, la asimilación, así como la represión violenta. El pueblo kurdo busca la autodeterminación y el reconocimiento de su identidad étnica. Las mujeres kurdas han desempeñado un papel activo en la lucha por la paz, la libertad y la democracia, y han demostrado sus grandes habilidades de negociación y cooperación a través del diálogo. Sin embargo este proceso ha dado lugar a su persecución y las recientes oleadas de arrestos.

Por tanto, la Internacional Socialista de Mujeres insta a los partidos miembros de la Internacional Socialista, a los gobiernos, estructuras estatales y a ONGs que suscriban los mismo valores que la ISM a:

Habilitar la participación de las mujeres en la toma de decisiones políticas;

Integrar perspectivas de género en la resolución de conflictos;

Implementar una disposición fundamental de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad: mayor participación de la mujer en todos los niveles de toma de decisiones para la prevención, gestión y resolución de conflictos;

Reconocer que aunque las estructuras democráticas dentro del Estado pueden estar ausentes o en cierne, el objetivo continúa siendo la participación igualitaria de la mujer en todos los niveles de los procesos de paz, desde las iniciativas locales hasta la resolución de conflictos intergubernamentales y

Admitir que la paz y la seguridad son fundamentales para el logro de una solución democrática de conflictos, y de que esto sólo es posible por medio del diálogo y la negociación de carácter constructivo.

 

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