La Igualdad en el Nuevo Milenio

XVI Conferencia, Naciones Unidas, Nueva York, 6 y 7 de septiembre de 1996

Resolución

La ISM reconoce que el fenómeno más significativo de nuestro siglo es el Movimiento de la Mujer, el cual ha cambiado radicalmente las relaciones y culturas sociales e interpersonales, introduciendo una revolución real y duradera a través de medios pacíficos.

Las mujeres se han impuesto como una nueva fuerza política gracias al establecimiento de una red de comunicación constante, el seguimiento de una política de solidaridad y la introducción de nuevos temas en la agenda política mundial.

Las mujeres están llamadas a encarar los nuevos retos de nuestros días:

  • la globalización de la economía y el comercio;
  • la creciente disparidad entre democracia y crecimiento;
  • la creciente disparidad económica entre los que tienen y los que no tienen; la creciente pobreza;
  • el creciente y acelerado desarrollo de las nuevas tecnologías;
  • las contradicciones en la promoción de un desarrollo realmente sostenible y centrado en las personas;
  • las políticas de ajuste estructural no reguladas y la crisis general en el Estado del bienestar.

Las mujeres también se enfrentan a los problemas del resurgimiento del nacionalismo, fundamentalismo, rivalidades étnicas y conflictos.

Ninguno de los retos de esta época puede ser encarado y resuelto sin la participación de las mujeres, la contribución de sus ideas y el reconocimiento de la dimensión femenina.

La ISM apoya enérgicamente las recomendaciones de la Cuarta Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer en relación a la política de transferencia de poder a la mujer, ya que la completa participación de la mujer en la toma de decisiones es fundamental no sólo para lograr una auténtica democracia, sino también para encarar los retos del nuevo milenio.

La cuestión de la promoción de la mujer constituye un requisito para el desarrollo armonioso de una sociedad. La promoción de la condición de la mujer no puede concebirse sin la paz, sin la tolerancia, condición indispensable para construir, para el desarrollo del ser humano, para el desarrollo económico y social. La resolución de los problemas de la mujer tiene así pues un origen fundamentalmente político, depende de una voluntad política que no puede concretarse más que con el funcionamiento de las leyes y con extensos diálogos civilizacionales.

Las Conferencias Mundiales de la ONU sobre Derechos Humanos (Viena, 1993), Población y Desarrollo (El Cairo, 1994), la Cumbre Social de Copenhague (1995) y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing (1995) reconocieron y reafirmaron que ‘los derechos de la mujer son derechos humanos’ y que los mismos son una parte indivisible, integral e inalienable de los derechos humanos universales. Sin embargo, todavía existe una gran discrepancia entre el reconocimiento de estos derechos y su disfrute efectivo por las mujeres.

La ISM pide a todos los gobiernos que promuevan y protejan activamente los derechos humanos de las mujeres. La ISM también pide la ratificación universal de la Convención de la ONU sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) para el año 2000 y apoya vigorosamente la redacción del Protocolo Opcional a la convención. La ISM también pide la ratificación de las otras convenciones internacionales concernientes a los derechos civiles y políticos como la Convención contra la tortura, la Convención para la prevención y la represión de los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y los derechos sociales de la Convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) protegiendo todos los trabajadores.

En muchas sociedades las mujeres tienen grandes dificultades para asegurar sus derechos humanos. A menudo son víctimas de la violencia, abuso sexual y violaciones, en particular en conflictos armados. La explotación sexual se convierte muchas veces en un auténtico modo de esclavitud. El avance generalizado del SIDA afecta hoy en día a la mujer cada vez más. De forma más general, las mujeres no tienen siempre asegurada una adecuada educación y formación, cuidados sanitarios y apropiada información sobre derechos sexuales y de reproducción. Las mujeres están particularmente afectadas por un creciente desempleo y por una falta de recursos económicos suficientes, lo cual hace que empeoren sus condiciones de vida y las de sus hijos. La ISM reitera su compromiso político para combatir cualquier tipo de violación de los derechos humanos de la mujer.

Los niños son los seres humanos más vulnerables y, por lo tanto, la opresión infantil merece una atención especial. Millones de niños en todo el mundo son explotados en tareas laborales. El trabajo infantil se está convirtiendo en un problema global, pero al mismo tiempo, en una parte importante de muchas economías. Debemos comprometernos a asegurar una buena educación y un futuro seguro para nuestras niños.

En particular, la ISM comparte la preocupación de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de las Naciones Unidas acerca de que la posición y los derechos de la niña deben ser asegurados y protegidos. Hay que tomar pasos para asegurar la salud reproductora de las jóvenes a través de asesoramiento y acceso a información sexual y de salud reproductora. Hay que esforzarse para abolir la mutilación genital femenina, el infanticidio femenino y la selección de sexo prenatal.

Necesita evitar con firmeza cualquier tipo de abuso deshonesto o de explotación de niños y de menores. En el nivel internacional se debe dar inicio a la cooperacion legal y política al objeto de garantizar la seguridad del menor.

La ISM insta a todos los partidos miembros de la IS, a las organizaciones de mujeres y a las organizaciones que trabajan en favor de los derechos humanos a que presionen a gobiernos y parlamentos para que establezcan una legislacion estricta contra el tráfico con mujeres, con niños y con menores para la prostitución y la pornografia de niños.

La ISM también pone énfasis en que es importante enmendar las leyes al objeto de que en ellas se establezca que la posesión de pornografía de menores es ilegal. A tal efecto, los partidos miembros de la IS deberían tomar urgentemente la iniciativa.

La ISM exige también que la INTERPOL arbitre medios más eficientes para poner coto al tráfico con mujeres, con niños y con menores. Todo caso debería ser objeto de una investigación a fondo, y deberían ser develadas las redes internacionales de dicho tráfico.

El surgimiento del neoliberalismo ha venido a reforzar el status de subordinacion de la mujer, especialmente en los países en vias de desarrollo y los países en transición. Ha facilitado el rápido crecimiento numérico de la mano de obra itinerante flexible, informal y del trabajo de menores, la que en su mayor parte no está protegida ni por las políticas económicas ni por las leyes sociales. En muchos países, este tipo de trabajador esta constituído en lo fundamental por mujeres y niñas, las cuales son explotadas por capitalistas que gracias a mano de obra tan barata recogen enormes utilidades.

La feminizacion del trabajo de menores es una realidad en muchos países en vias de desarrollo. Al no indicar género, el termino ‘trabajo de menores’ induce a engaño, pues mucha gente da por sentado que las situación es la misma para todo menor que trabaja. En la práctica es la niña la que se ve mucho mas afectada, y de forma más negativa. A su trabajo se agrega el hecho de que las inclinaciones patriarcales dan por supuesto que las tareas domésticas y de la familia atañen más a las niñas que a los muchachos. Por consiguiente, son generalmente las niñas las que se ven más recargadas de trabajo que los niños. La peor forma de trabajo de menores se da en las esfera del tráfico sexual, que somete a los menores (casi siempre son niñas) no sólo a la explotación sexual sino que en muchos casos, ellas tambien pasan a ser víctimas de la violencia física, las violaciones e incluso el asesinato. Por lo tanto, no se puede dejar de tener en cuenta la feminización de trabajo de menores.

Por ser los más vulnerables, los menores necesitan atención preferente, pues son millones los explotados como trabajadores. Si bien el trabajo de menores va adquiriendo el carácter de problema mundial, lo cierto es que constituye un aporte principal a muchas economías. Es el medio de supervivencia para familias que viven en condiciones de la mayor miseria. El trabajo de menores es una cuestión compleja que exige ser abordada de manera exhaustiva. No se le puede separar de las condiciones socioeconómicas y políticas que facilitan su incremento. Se debe tener sumo cuidado en el tratamineto de esta cuestión, pero es necesario que en el centro de la atención esté la situación de la niña trabajadora.

Debemos comprometernos a asegurar a nuestros niños una educación sólida y un futuro seguro. El trabajo de menores priva al menor no sólo de su niñez, sino que además en muchos casos, de su futuro. Por consiguiente, nos priva a todos de nuestro futuro.

Nuestro objetivo es la democracia de género. Este objetivo debe lograrse en la sociedad, pero también en nuestros respectivos partidos. Los partidos que no democratizan la proporción entre hombres y mujeres entre sus propias filas no son verdaderamente democráticos. La ISM, inspirada por las resoluciones anteriores de la Internacional Socialista, exige que los partidos miembros de la IS aumenten hasta el 50% la representación de mujeres en los órganos de toma de decisión.